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un montón de escritos, sea prosa, poesía, reflexiones, etc. solamente algo que nos ayude a mantener nuestra mente abierta un poco más. (Haciendo contacto: elfisublog@gmail.com)

domingo, mayo 16, 2004

LA NOCHE DEL GOLEM 



Después de concluir su frugal cena, el rabino Bergel se dispuso a acostarse.- Estaba cansado y era una fría noche de invierno en el antiguo barrio de Praga donde vivìa solo y triste desde que su querida Rosa lo habìa dejado para siempre.- El dìa habìa sido fatigoso para èl y la perspectiva de abrigarse cómodo en el lecho y dormir lo entusiasmaba, pero no por ello dejò de cumplir los pocos e inocentes rituales previos, de los que poco a poco se habìa convertido en sumiso esclavo.-
Corriò el gran pasador de hierro de la puerta trasera; se asegurò de que todas las espitas del gas estuvieran bien cerradas y dejò un resto de leche al gato, que seguramente no tardaría en regresar de sus correrìas a ocupar su lugar tibio cerca de la estufa; luego procedió a su higiene personal, subiò al dormitorio y se acostò.-
Al poco rato, ya cómodo en el amplio lecho matrimonial, esperaba que llegase el sueño leyendo el Talmud a travès de sus anteojos de gruesos cristales.- Era para èl un momento de paz, que aprovechaba para acercarse a Dios.-

Bergel era un hombre de edad madura, tranquilo, de buen corazón y servicial; siempre preocupado por el bienestar de sus hermanos.- Además se lo consideraba muy docto en la Ley por lo que la judería del barrio se consideraba especialmente bendecida por Dios al tenerlo con ellos.- No habìa boda, ni circuncisión , ni ningún otro acontecimiento familiar o religioso al cual no se lo invitara especialmente y en ellos era objeto de gran consideración.- Era lo que podría decirse un hombre apacible, agradecido a Dios por las bendiciones que habìa recibido y resignado ya a la muerte de su compañera de casi cuarenta años de matrimonio; desgraciadamente sin hijos, pero Dios sabría el porquè y el lo aceptò asì.-

Al poco tiempo de su lectura, llegò el esperado sueño y comenzò a cabecear; entonces, cuidadoso, se quitò los anteojos, los dejò junto al viejo libro sobre la mesa de noche, apagò la vela y orando en silencio, cerrò los ojos y se durmió.- Pronto, en el total silencio de la habitación, su respiración fuerte y acompasada, probaban que se habìa entregado a un sueño profundo y tranquilo.-

Pasada ya la medianoche, afuera, el frìo arreciaba y no serìa extraño que comenzara a nevar en cualquier momento.- El pavimento de piedra de la tortuosas callejuelas del barrio judìo no era transitado por nadie ni por nada, y las farolas de gas apenas lograban atravesar con su luz amarillenta aquel aire que de tan frìo parecìa sòlido.- Dentro de la casa, el silencio era absoluto.- El gato, después de haber apurado su leche, dormitaba hecho un ovillo junto a la estufa de hierro, que dejaba ver en su interior el rojo del carbón incandescente.-

De pronto, algo despertó al animal dejándolo totalmente alerta.- Este centrò su atención en la escalera que llevaba a la alcoba del rabino Bergel y quedo inmóvil,. mirando fijamente hacia arriba.-

Algo sucedìa al rabino.- Su respiración habìa cambiado, y se habla hecho ruidosa, rápida, agitada.- Movía su cuerpo de un lado a otro incesantemente, lo que provocaba ruidos y chirridos en la enorme cama.- Sin duda, estaba bajo los efectos de una pesadilla puesto que agitaba la cabeza como negando, en su rostro se mezclaban làgrimas y sudor, y con voz monòtona, habìa comenzado a orar, recitando unos salmos que ya eran antiguos cuando Moisés le pedía al faraón que liberara a su pueblo.- Cubriéndose el rostro con los brazos, se diría que trataba de defenderse de alguien o algo que lo atacase, aunque estuviera completamente dormido.- En uno de sus movimientos, golpeò con su mano el espaldar de su cama y en ese momento se irguiò, profiriendo un alarido infrahumano, quedando sentado en la cama cubriéndose la cara con las manos y presa de incontenibles temblores.-


Permaneció en esa posición algunos minutos, hasta que poco a poco comenzò a despertar y tomar conciencia del lugar en que se hallaba.- Empapado en un sudor frìo, se estremeció y encendiò nuevamente la vela, sin dejar de temblar.- Cuando tuvo un poco de luz, compulsivamente, llevò su mano al cuello y extrajo del ropón de dormir la gruesa cadena de oro con la Estrella de David que habìa pertenecido a su familia por generaciones, desde que llegaran de España huyendo de la intolerancia y fanatismo religioso de los campesinos.- Junto a la estrella, colgaba una llavecita de extraña forma, sin duda tambièn muy antigua, que le habìa sido entregada por su padre al cumplir su Bar Mitzvah con las inquietantes palabras:

-"No te separes jamás de ella; una noche sabrás de su importancia".
Y jamás volviò a hacer mención de la rara llave.-


Comprendiendo que esa noche habìa llegado y presa de una sùbita inquietud, se levantò y cubriendose los hombros con una manta, se calzò unas zapatillas y bajò los escalones descendiendo a la cocina.- El gato, lo miraba fijamente sin mover la cabeza un milímetro.- Una vez allì, se agachò para introducirse bajo el hueco de la escalera y abriò una puerta que se disimulaba con las molduras y parecía ser el acceso de algún tipo de armario destinado
a los enseres de limpieza; pero no era asi.- Penetró con cuidado y a luz de la vela bajò varios escalones mas hasta pisar las losas de piedra de un pequeño sótano, atiborrado de trastos y de todas aquellas cosas que normalmente debieran desecharse pero por una u otra razón se conservan.-

Bergel se estremeció, completamente invadido por esa sensación particular que producen conjuntamente el frìo y el miedo, y lentamente se dirigiò a un antiguo mueble, especie de secretaire, que estaba apoyado en la pared haciendo frente a la escalera.- Al llegar hasta èl, abriò uno de los cajoncillos y entre viejos y polvorientos papeles y plumas, extrajo del fondo un cofrecito y , aunque su temblor se lo dificultò, por fin pudo abrirlo con la llavecita que llevaba colgada a su cuello.-

El cofrecillo era de madera trabajada, con herrajes y algunos símbolos tallados, sin duda cabalìsticos.- Poniéndose en manos de Dios, el rabino tomò de su interior un trozo de pergamino y mientras lo leìa, su temblor se acentuaba e iba palideciendo; se diría que lo que veìa, escrito parte en yiddisch y parte en hebreo, le producía una terrible inquietud.-


....."Cuando estas palabras sean leìdas, el tiempo habrá llegado y la profecía comenzarà a cumplirse inexorablemente.- Una revelación le habrà sido hecha en sueños al poseedor de la llave, y por ello el conocerà el nombre secreto de Dios, que ningún humano debe pronunciar, y aquì està escrito.-
Yo, el rabino Salomón Bergel., tratè de poner fin a la obra demente de nuestro hermano que se creyó Dios, y utilizò su nombre oculto para influir el soplo de la vida a un ser que, a nuestra semejanza, construyò con sus propias manos del polvo y de la tierra para hacerlo su esclavo.- Pero ese ser maldito resultò en un monstruo incompleto y deforme, condenado a errar por el mundo buscando ese nombre que le darìa la humanidad que no tiene y sufre mil tormentos hasta que alguien se apiade de èl y lo destruya.- Desgraciadamente su creador se llevò con el su secreto al morir y ahora sòlo Dios mismo puede deshacer la obra de aquel orate.-
Esta escrito que una noche como esta, el Golem, -que asi se llama la criatura, llegarà hasta tì buscando el nombre que desespera conocer.- Seràs tu, entonces, quien deberà continuar la misión de nuestra familia e impedírselo.- Si es necesario huye, vete lejos; pero ¡Cuidado! no destruyas este escrito porque destruirìas el nombre del Todopoderoso, que es el mas grande de los pecados.-
Pon a salvo este cofre y tu misión en la vida serà cumplida y seràs visto con agrado por los ojos del Creador".....


Al terminar de leerlo Bergel estaba lìvido; con prisa, guardò el escrito en el cofrecito y tomándolo, se dirigiò nuevamente hacia la escalera para subir a la cocina, pero en ese momento; el estampido ensordecedor de la puerta de atrás abierta, mas bien embestida, por una fuerza incontenible lo paralizo y cayò de rodillas, comenzando a orar casi a gritos.- Esta vez, volaron destrozadas las maderas de la puesta del sótano y los ecos del grito de terror del buen rabino se fueron perdiendo entre las callejuelas.-

Por la mañana, cuando Esther, la hija menor del carnicero kosher Simbler, llegò a hacerse cargo de la limpieza y vio la puerta destrozada, corriò a avisar a su padre, el que rápidamente estuvo allì junto otros vecinos; Nada raro encontraron, fuera de la puerta casi arrancada de cuajo de su sitio pese al enorme cerrojo interno,y algo muy semejante a las huellas de unos enormes y deformes pies de barro, hasta que Linka, el ayudante del boticario, descubriò la puerta del sótano en las mismas condiciones; se miraron todos entre ellos y casi sin palabras se pusieron de acuerdo y corrieron a avisar a la Policía.-

Cuando un inspector y dos agentes armados descendieron al sótano, hallaron huellas del mismo lodo maloliente y pegajoso y tambièn al que en vida fuera el rabì Simòn Bergel, tendido como una marioneta y con el cuello roto.- La cadena de oro de la llavecita había desaparecido y en su cuello se podìan distinguir mas huellas de lodo....de unas manos de lodo.-
No siendo de la religión judìa los policías no comprendìan nada y el caso quedò prontamente archivado como "robo y asesinato realizado por desvonocidos"...pero entre los miembros de la colectividad sabìan muy bien lo sucedido y en voz muy baja se comentaba frecuentemente el caso y se oìa el nombre mil veces maldito..."El Golem".-




Eduardo Hyde .-
Formosa 20-04-04.-

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domingo, mayo 02, 2004

"LA MAQUINA" 

Nos sentamos frente a ella
Y sabemos como encenderla.
"A la máquina hay que quererla"
Pensamos en forma boluda,
Sin saber que la muy cajetuda
Nos dará flor de jaqueca.

La prendemos. Todo lindo.
Hace un ruidito y ahí te va
El primer y común problema
Vos ya estás entusiasmado,
Pero no te arranca el sistema.

De movida abarajás el manual.
Después llamás a alguien.
Cortás.
La mirás de arriba abajo,
La mandás bien al carajo
Decidido a batallar.

Llega el auxilio esperado.
Y a la máquina la da vuelta entera.
Corrige y soluciona el problema.
Y ahí tenés tu bendito sistema,
"Ahora si" te dice con voz toda calma.

"Ahora es toda mía"
Piensa uno todo agrandado.
Los mensajes correctos en pantalla,
El sistema funcionando.
Y vos quedás picando:
"Y ahora que mierda hago?"

Y te cae la segunda.
Los nombres de los programas:
Uíndous, foxpró, cliper y uór.
También está el ecsél y yúquebox,
Y te remata un tal ndd.

Cuando uno le agarró la mano
A la mayoría de estas cosas,
Creyó que le sacaron la espada del cogote
Y que lo alejaron de la pared.
Y ahí te acuesta la tercera:
Aquí llega la "Red".

Que Intranet, eternét e internét.
Millones de direcciones
De iméils y uébs.
"Quién carajo me manda a meterme?"
Te preguntás por enésima vez.

Descubrimos como es la "NET",
La madre de las conexiones, y la madre que la parió.
"Se debe navegar" te dicen,
Y vos solo te acordás de las cicatrices,
Entiéndase plata,
Que te dejó el último naufragio.

Lo que pasa es que uno no sabe navegar
En semejante cacho de cosa.
Parece que fuéramos "derivando"
En un simple tronquito,
Caso casi un palito,
Agarrado hasta con los dientes.

Pero así es el presente,
Y este tiempo casi lo exige.
Casi todos ya eligen
Mantenerse en la acción,
Y vos te acalambrás el cerebro
Aprendiendo computación.



EL FISU.
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