EL_FISU: escritos, poemas y prosa.

Al llegar esta mañana, he descubierto en mi habitación una sombra que me observaba.
Impasible de mis movimientos o miradas. Tan sólo estaba allí, inmóvil.
Al principio me sobresalté al advertir su presencia, lo desconocido siempre nos asusta.
Pero al ver que nada sucedía, me distendí un poco. Y me quedé observándola un largo rato.
Intento encontrar las palabras para describirla, pero es inútil. Es una sombra.
En completo silencio, nos escudriñábamos. Nos estudiábamos.
Todo se me volvía algo más normal, ya más relajado, encendí un cigarrillo y sucedió una cosa increíble: la sombra tosió. Me quedé mudo del asombro.
“Encima que estás acá sin invitación te jode el pucho?”, dije irónicamente en un manoteo de reacción humorística.
Y ahí ocurrió la segunda cosa increíble: me dijo que sí, que le jode el humo del cigarrillo.
“A fin de cuentas el que fuma sos vos y no yo”, replicó parcamente.
Del cagazo quedé petrificado, se me cayó el cigarro, casi se prende fuego la cama, había más humo, me paré intentando sacar el pucho de la cama, había más humo en la pieza, más tosía la sombra.
Y, sin darme cuenta cómo, inferí: “Qué tosés boludo, si este quilombo lo armaste vos?”.
Fui hacia la ventana para ventilar un poco el lugar y antes pregunté: “Te jode si abro la ventana o tenés frío también?”.
La sombra enmudeció y lanzó una mirada, que si hubiera expresado en palabras me habría mandado a la mierda.
Ya más calmado el cuadro, me volvía sentar en la cama.
“Bue, ahora ya estamos algo mejor, empecemos de vuelta che”, ella asintió.
-De dónde saliste?
-Siempre estuve con vos, o acaso nunca te diste cuenta?
-Ah, claro, esa debe ser la respuesta más obvia que tiene una sombra, no?
-No boludo, cuando digo siempre me refiero a desde antes que nacieras aún!!!.
-Ah bueno, pero esto es toda una historia!!!
-Y, a vos que te parece?
-A mi me parece que tengo que cambiar de proveedor porque me está empezando a pegar mal.
-Vos sos pelotudo o te hacés?
-Paráaaa, calmáte un poquito cheeeee!!!
-Y bueno, que querés que te diga, no escuchás lo que decís?
-Ah claro, y a vos te parece lo más normal del mundo que yo esté charlando con una sombra en mi habitación? Andá a cagar!!!.
-Andáte a la mierda vos!!!.
-A mi que me decís?, si yo vivo acá cabrón!!!.
-Yo no me voy, no puedo!!!.
-Ma´ sí forro, me voy yo, cagáte acá sólo!!!.
Y me fui. Que mierda.
Y me di cuenta que tenía que regresar a la habitación.
-Volví a buscar los puchos.
-Sí. Ya me di cuenta, los dejaste sobre los compacts. Siempre el mismo pelotudo vos.
-Andáalaconchadetuhermana!!!.
Y me fui otra vez.
Me preparé unos mates, de calentura nomás.
Después me quedé pensando en lo ilógico de la situación. Que carajo estaría pasando acá. Sinceramente la situación me desbordaba lejos, pero curiosamente me fue cien por cien natural ponerme a hablar con esa sombra. Excepto porque me rompiera un poco las pelotas.
Pero bue, me tomé unos verdes y al rato se me pasó.
Regresé a la pieza.
Ella todavía permanecía en el mismo lugar. Tan estática como la primera vez. Sólo que esta vez me miraba de otro modo, como esperando una puteada del vamos, lo cual no ocurrió.
-Che, disculpá, es que me zarpé-dije en un tono boludo mientras miraba pa´otro lado.
-Todo bien, suele pasar.
-Y como llegaste acá?
-Ya te dije, siempre estuve.
-No, pará, no vamos a caer en lo mismo de hace un rato. Me refiero a por qué apareciste asi hoy.
-Ah, es que hoy no tenía ganas de seguirte, ya sabía adonde ibas y no quería ir.
-Che, pero que sos mi sombra vos?, que sabés hasta dónde iba a ir?.
Había resultado que si che. Ambas dos cosas: era y sabía.
Y tan idiota como la pregunta, se vino la respuesta.
-Ah, te viniste súper deductivo hoy gil?.
-Bueno, esto ya me estás empezando a jodeeeeer.
-Y que querés que haga?, que tire “cuetes”?
-No, pero podrías bajar un cambio.
-Soy sombra, no auto de carreras, mogo.
-Uh, andalaputaqueteparió loco, con vos no se puede hablar!!!!!!!!.
-Faaaaaá, mirá quien se queja!!!.
-Bueno, si te gusta bien, y sino también. No me rompas las bolas que quiero ver la tele un rato.
Y me di vuelta en la cama, espatarrado automáticamente. Manoteo del control remoto y zapping furioso en busca de cualquier cosa que me resultara ínfimamente interesante, como para justificar el “quiero ver la tele”. Y me quedé dormido como el mejor.
Y a la noche me desperté. Todo oscuro, no se veía nada. La luz no enciende, la tele tampoco.
-Me cago en la mierda!!!, se cortó la luz!!!.
-Ya lo ves- respondió esa voz de sombra –ahora soy más grande que nunca, y estoy en todo tu alrededor-.
Muy de golpe caí en la cuenta de que ella tenía razón. Era muy oscura, muy grande y estaba muy alrededor mío.
-Sip, ya veo- contesté tanteando a ver si encontraba el puto encendedor.
Inmediatamente después sentí algo que me rozaba el pelo. Instintivamente manoteé al aire.
-No te asustes, soy yo-
-Por lo menos avisá boludo!!!-.
-Perdón, no quise asustarte.
-Disculpa aceptada.
-Es que en pocas oportunidades tengo esta libertad tan grande.
-Bué, pero convengamos que esa libertad puede ser limitada. Si prendo el encendedor, cagaste tu libertad.
-Si, pero hasta cierto punto, en vez de estar delante tuyo estaría atrás. La noche es mi libertad de acción, siempre hay un punto de salida.
-Tenés razón.
Y nos quedamos charlando en plena oscuridad, siempre con un aviso antes del punto de contacto. El tema es que yo no podía tocar y ella sí, así es una sombra. Puede sentirte por completo, pero vos a ella no. Te conoce absolutamente como nadie, pero vive en esa oscuridad que es su prisión eterna.
Me contó de quien había sido sombra antes que yo, como había visto expandirse y empequeñecer todo tipo de sombras, qué tipos de sombras había y otras tantas yerbas más.
-Mirá que las he pasado yo, eh?- me tiró la frase con tono misterioso.
-Y, si vos lo decís así debe ser- contesté con tono absoluta y decididamente anti-misterioso.
Hasta que largó el fardo y empezó a contar.
-Una vez alguien me gritó, diciendo que quería deshacerse de mi. Que ya estaba cansado de su sombra, que algún propósito debía tener yo excepto que seguirlo a todas partes. Que para que demonios existía si en nada iba a ayudarlo. Que por qué no hablaba de una vez y le contestaba. Y me dijo la mayoría de los insultos que conozco de una sola vez. Qué tipo!!.
-Y vos no hiciste nada?
-No. Las sombras tenemos un tiempo en el cual hablar. Siempre nos mostramos en el momento correcto y justo. Nunca antes, nunca después. Tenemos ese don de saber cuando hablar, si es que llegamos a hacerlo. No siempre sucede.
-Y terminaste hablándole alguna vez?.
-Si, hablé con él en el último minuto de su vida. Mientras estaba solo en una noche oscura, en su lecho de muerte. Era jodido el “chabón”, pero era buen pibe, se lo merecía.
-Y qué “onda” el “chabón”?- pregunté acentuando irónicamente la última palabra. Y no le gustó ni mierda, pero hizo de cuenta que no le importaba. Y cambió de tema.
-Es que las sombras somos prisioneras de alguien, pero solamente durante el tiempo que nos es impuesto, nada más.
-Impuesto por quién?, por la Dirección Nacional De Sombras?- la traíamos bien y la pasé a cagar.
-Si, y yo soy el empleado que te viene a cobrar los impuestos por el uso de una sombra, ganso!!!.
-Bué, disculpá, no te pongas así fiera, era un chiste- dije medio perseguido por bardear la conversación.
-El mío también- me contestó mientras se reía.
Y nos cagamos de risa mal, ya no quedaban espacios para los enojos. Cómo enojarme con mi propia sombra?.
Es que, por ser mi sombra, me conoce mucho. Más que nadie en realidad.
Y de la charla que tuvimos aquella noche sin luz, pude deducir algunas cosas respecto a las sombras. Pero lo que aún no pude saber de ellas es si lo que me dijo aplica para todas las sombras, para algunas o sólo hablaba por ella. Pude discernir al respecto según me contaba, pero jamás me quedó la entera certeza de cómo es el despelote ese de las sombras.
Me contó que siempre fueron tratadas injustamente. Calificadas de malignas, cuando en realidad no es así. “Esto proviene de las sombras”, “es de las tinieblas”, “es algo muy sombrío” ó “es de pensamientos oscuros”, fueron algunos de los ejemplos que me mostró.
Me dijo que hay sombras que cobran espacio físico propio y que la gente no suele darse cuenta de eso. Que suelen nacer por medio de la gente que ama la oscuridad, pero que generalmente son personas que están muy equivocadas en su orientación. Equivocadas por el hecho de asociar oscuridad con maldad también. Las sombras solo se canalizan a través de ellas, pero no comparten sus fines ni sus supuestos mitos, dogmas o creencias.
Y me dijo algo que fue una entera revelación y sorpresa.
-Quiero dejar de ser una sombra, quiero ser algo más. Y eso lo voy a lograr con vos.
Quedé mudo y estimo que con cara de espantado.
-Y yo que tengo que ver en tus quilombos?- pregunté.
-Es un intercambio. Yo dejo de ser una sombra eterna, obteniendo así el alma y la mortalidad tan deseada, y vos serás propietario de una ex sombra que estará con vos hasta el fin de tus días. No podés negar que te gusta la idea. Ya sé que es así.
Lo peor es que la muy cajetuda tenía razón. Era una idea fascinante.
Peor después de pensar un momento la frené en seco:
-Acaso me ves como alguien a través del cual canalizarte?. Están erradas mis creencias y toda la cosa esa que dijiste antes?- pregunté muy intrigado. Al fin y al cabo, ella quizás conocía algo de mí que yo no sabía aún. Y eso me asustaba un poco.
-No. Justamente por eso quiero ser mortal con vos. Porque distinguís con absoluta totalidad entre el bien y el mal. Porque tus ideales no son ni buenos ni malos, son justos. Como somos las sombras.
Respiré aliviado como jamás lo había hecho antes en mi vida.
Y ya más relajado, se me vino la segunda inquietud.
-Y cómo voy a hacer yo para darte un cuerpo físico?.
-Ya tengo pensado el modo en que te va a gustar hacerlo. No es necesario que sea de vos de quién nazca. Puede ser alguien más quien dé lugar a mi nacimiento. Pero será con vos la relación que jamás ha de morir, ni aún después de ser polvo en el polvo. En ese punto seremos las almas gemelas que han de transitar juntas más allá de la muerte, pero una caminando al lado de la otra.
Prosiguió:
-Mientras tanto seré el centinela y custodio de tus emociones, de tus actos, de tu vida. Así como vos de la mía. Nos mostraremos mutuamente nuestros amigos y enemigos, nuestros amores y odios, nuestros ángeles y demonios, nuestros paraísos y nuestros infiernos. Ninguno de los dos estará solo nunca más. Creo que eso es reconfortante.
Y en todo lo que dijo tenía razón. Y me iluminaba más la vida a cada palabra que decía.
Y después de mucho hablar esa noche, decidimos cual sería su forma de nacer.
Algo a lo cual el mundo cree llevar con orgullo, sin saber que en su sangrar no llegan a nada más que el dolor sin motivo ni significado. Mientras que mi dolor y mi sangrar son el nacimiento de mi sombra.
Ha comenzado a nacer en el instante en que esa aguja con ese color tan negro comenzó a atravesar mi piel en la espalda, justo sobre el corazón.


EL FISU.

jueves, marzo 11, 2004

Las disculpas del caso